Quiero contarles una pequeña historia que habla por sí misma...
Había una vez una persona que contaba una linda y pintoresca historia, y esto llamaba la atención de muchas personas que se convocaban a su alrededor. Pero, al lado de esa persona, a unos pocos pasos del lugar, otra persona estaba entrenando, silencioso él, muy sudado y agitado, pero el equilibrio físico y mental que exteriorizaba, terminó cautivando la atención de aquellos "oidores de cuentos" que con solo "ver y probar", terminaron siguiendo los pasos de este señor que hablaba poco... pero hacía mucho.
Y resulta, que además de sus habilidades físicas en las Artes Marciales, también había adquirido la conducta apropiada de una verdadera disciplina. Tenía WuDe, observancia de las buenas costumbres y recto accionar, como pilar de su arte, por lo cuál, sin perder tiempo, fue a AGRADECER al "contador de cuentos" que hubiese estado cerca de él, ya que ello lo llenó de nuevos y afables discípulos. Un gesto de humildad, que el "contador de cuentos" que solo vendía fantasía... no supo entender.
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