martes, 4 de julio de 2017

Cómo llegué a NO SER un Cinturón Negro !

Yo estoy bastante seguro, que has escuchado a lo largo de tu vida, aquello de "cómo llegué ser un Cinturón Negro" de tal o cual disciplina marcial. Ok. Todo bien con eso.
 
Pero ahora vamos a ver con un cristal diferente esta cuestión.
Sí, "diferente". Porque los caminos para llegar a ciertos lugares, no son siempre los mismos, y eso se debe en parte, a las experiencias personales de cada uno.
 
Si el tema te molesta, o de alguna manera te ofende, estás a tiempo para dejar de leerme, justo en este momento. Luego será tarde...
 
A lo largo de mi experiencia personal en distintas Artes Marciales, obviamente siempre hubo un principio en el camino. En ese camino, y como muchos de mi época, la "zanahoria delante del carro" era vencer algunas formas y otro poco más de cosas por allí, para tratar de subir de "cinturón". Y un cinturón de color, era algo preciado por todos los compañeros de entreno. Los mayores a nosotros, lucían colores más llamativos, léase "más importantes". Y allí comencé a dudar de algunas cuestiones. No porque estuviere mal tratar de conseguir "otro color más", sino porque era lo que se "mostraba sin mostrártelo". Es bien simple. Todas las clases y entrenamientos, teníamos delante nuestro gente mayor a nosotros, con hermosos cintos de colores diferentes. Y la frutilla del postre: el cinto negro de nuestro Maestro de entonces.
 
Es decir, no solo queríamos ese cinto de color que seguía al que ya tenías, sino que además, en nuestras cabezas de aquellos tiempos, casi impensadamente pero sí sugestivamente, queríamos ese "cinto negro" de quien enseña a todos. ¿ Te vas dando cuenta ?.
 
Y allí radicaba -a mi entender- nuestro primer error. Un error de base que muchos no corrigen. Y es en el ESPÍRITU de tu formación. Correr para alcanzar una linda vestimenta deportiva, o para obtener un pomposo cinto de color (sea de colores variados, o sea un cinto negro) no era lo importante, más allá de las palabras que todos te dicen.
 
Era necesario, que nazca de nosotros mismos -y en aquel tiempo- otro tipo de inquietud, otro tipo de mirada. Una que nos llevara directo a la esencia, y no a la superficie.
 
Luego de un buen tiempo, bastantes años diría yo, comprendí a través del esfuerzo, de las privaciones, de los logros, de las experiencias propias, de las inquietudes de ser yo, mejor que yo mismo, no mejor que otros, que lo que buscaba era mi propia superación, no porque alguien me lo dijera -lo cual restaría importancia a mis propios descubrimientos de cómo ser- sino que aparecía gracias a mi propia necesidad de mejoramiento.
 
Motivación ?. Siempre debe surgir de uno mismo, de nuestro propio espíritu. Nuestro interior. Si necesitas que otros te motiven, entonces no necesitas un Profesor o Maestro de Arte Marcial, necesitas un "showman" que haga su acto enfrente tuyo y así te distraiga.
 
Años de entrenamiento, de experiencias marciales, aquí y en China, incluso en Hong Kong. Y la muy agradable sorpresa de saber que los antiguos Maestros del Arte Marcial, ni siquiera sabían de la existencia de las "graduaciones" o cintas de color. Y mucho menos, que alguien deseara obtener un Cinto Negro como la muestra de su habilidad marcial o personal. Por el contrario, muchos de ellos, por ejemplo, en China, acompañaban sus coloridas vestimentas tradicionales con fajas de color, pero que tenían que ver con lo "visual", es decir acompañando y dependiendo del color de la vestimenta general, y no como un símbolo de "graduación".
 
Así, poco a poco, pero íntegramente, forjé mi esfuerzo personal en aprender y mejorar. Poco a poco, tal como debe ser una buena "maduración", ES COMO YO LLEGUÉ A NO SER UN CINTO NEGRO !.
 
Se acuerdan de Bruce Lee, él decía muchas cosas, pero una de ellas va en concordancia con esto: "el cinturón es un implemento necesario solo para que tus pantalones no se caigan".
 
Llegado es ese punto, tu técnica defensiva, marcial, combativa, deja de ser "linda" para que otros te feliciten, y comienza poco a poco a ser buena y efectiva (real) para vos mismo, para tu talla, para tu peso, para toda tu persona. Tu Arte Marcial ya es parte tuya. Estará presente donde vayas, y de la manera que vivas. Ahí está el logro. Ahí, seguramente te inclinarás con responsabilidad delante tu Maestro, y él te devolverá la inclinación con el saludo del respeto que se otorga a quienes lo merecen por haberse descubierto y haber crecido.
 
Dato importante: mis MAESTROS no tenían -ninguno de ellos, aparte de ser verdaderas leyendas en la misma China- ningún tipo de Cinturón Negro ni de Faja Negra, solo tenían SUS AUTÉNTICOS CONOCIMIENTOS, transmitidos de generación en generación. Un legado.
 
Mi Escuela Marcial, no usa cintas o fajas de colores como graduación de nada. Solo la pericia individual, es la que coloca a cada estudiante en el lugar que está. Nadie debe mirar "su cintura" para creer saber su nivel, deben verlo a él mismo moverse y conducirse.
 
Muchos, ya han imitado esta tradicional manera, y en lo personal, yo espero que muchos más la imiten en el futuro.
 
Porqué escribí esta breve Nota ?
Muy sencillo, sentí ganas de comunicárselos, que lo sepan. Y quizás, hasta que lo compartan públicamente con quien gusten hacerlo.
 
Muchas gracias por leerlo, y como siempre, los aportes o comentarios que deseen realizar con el respeto que nos caracteriza, siempre serán bienvenidos, enriqueciendo para beneficio de Todos.
Cordialmente, Neldo Sacomani (Copyright © ).
 
 

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